Caminaba la hormiga por el interminable desierto que era aquella playa. A lo lejos el mar, horizonte inalcanzable. Tanto anduvo, olvidó el agua, y la arena se convirtió en su destino.
Un día, el agua mojó sus pies. Había llegado al objetivo, casi sin darse cuenta.
Ahora tendría que aprender a nadar.
¿Cuantas objetivos alcanzados, cuando apenas hemos llegado al principio?
Cambio, adaptación, evolución, superación, en la vida, no hay objetivos, solo camino.
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